viernes, 7 de abril de 2017

La Política y los Afectos - Afranio Parra Guzmán

Hermana:*

Renovando nuestra correspondencia, voy a tratar de introducirme en un tema que sé te interesa bastante: La política y su relación con los afectos. En otra oportunidad te contaré algo sobre mi teoría de la Edad del Cuarzo y la Transparencia. Tú sabes que soy un utópico irredimible.


Arranquemos afirmando lo obvio: el hombre es un ser social, racional, político y de afectos. Su condición de ser social lo llevó a ser racional y lo obligó a ser político; pero anterior a esto, el instinto de conservación lo condujo a buscar el calor de sus congéneres y a asociarse. Necesitamos unos de otros para poder vivir satisfaciendo nuestras necesidades materiales y espirituales. Las sociedades viven de lo que les dejaron sus antepasados y crean para las futuras generaciones. Existe, pues, una ley de atracción social que le permite al hombre realizar su presente y proyectarse hacia el futuro, independientemente de las contradicciones que se den entre los individuos, entre éstos y el grupo social o entre los diferentes grupos sociales. En últimas, los hombres se asocian hasta para matarse unos a otros. Las guerras son el enfrentamiento de colectividades.

Por su condición de ser social y racional, el hombre es político, y decimos que política es el arte de hacer amigos; el arte de gobernar; y la manera de comunicarnos con nuestros semejantes en procura del bien común. La política es un conjunto de reglas de juego para orientar una comunidad y dirimir sus conflictos. Esto pensamos nosotros y todos los que históricamente han actuado en función de la sociedad. Otra cosa piensan y hacen personajes como Pinochet a quienes sólo les interesa el poder en beneficio de una minoría antisocial. Ellos reemplazan la política por la brutalidad. Otros, como la oligarquía colombiana son duchos en desvirtuar la esencia de la política convirtiéndola en un tremedal de engaños y sofismas de distracción mezclados con violencia.

Y ante estos comportamientos, cuál es la reacción de los pueblos aquí y en la Conchinchina?

La primera reacción de un pueblo atropellado y burlado es pasional; desprecio, ira, odio. Luego viene el análisis racional respecto al comportamiento de los usurpadores y tiranos y la correspondiente propuesta que aglutina fuerzas para enfrentarlos.

Caso contrario ocurre cuando los conductores de un pueblo son consecuentes con las necesidades y los anhelos de ese pueblo: apoyo, afecto. Impera el imán, la atracción que tiende a armonizar.

Entonces, la política, cuando se ejerce en su esencia, genera afectos y se fortalece en ellos. Ningún hombre es carismático por el poder que tiene o por el terror que infunde valiéndose de ese poder. Los hombres carismáticos son aquellos que de alguna manera han sabido llegarle al alma de sus pueblos ganándose su afecto. Igual ocurre con los partidos, las organizaciones y los movimientos. Cuando calan en el alma de su pueblo es porque su comportamiento (ideas, estilo, hombres) y su relación con la comunidad han generado una fuerza de atracción mutua y armoniosa. Dicha fuerza de atracción es la que Charles Fourier denominó “Atracción Apasionada”, y empalma en un todo armonioso y arrollador, ideas, creencia, estilo, confianza, fe, aspiraciones; en otras palabras, conciencia individual y social y sentimientos.

Vea, hermana, se puede tener claridad de algo, de una idea determinada, de una situación concreta y saber cuál es el camino para la solución del conflicto y, sin embargo, actuar de otra manera. ¿Por qué? Sencillamente, porque los sentimientos y la creencia son otros. La primera fuerza movilizadora está en los sentimientos y en la creencia; luego viene la fuerza de las ideas. Se puede tener claridad de un proyecto y sin embargo, no actuar en consecuencia con tal proyecto porque no se está convencido. Esto quiere decir que hay fuerzas ocultas en nuestro ser que pesan más que la idea. A nosotros mismos nos ha ocurrido en el M-19 con compas que siendo muy claros en el “carreto” político han flaqueado en el momento decisivo. Y hemos visto el caso contrario de gentes que sin tener mucho “carreto” en la cabeza se han jugado el todo por el todo a la hora de la verdad.

Yo me pregunto: ¿Qué movía a los niños de Siloé a apoyarnos con tanta vehemencia en momentos tan difíciles como los de la invasión a la zona por parte de cinco mil efectivos del gobierno? No era precisamente la claridad política en cuanto respecta al conocimiento del proyecto democrático y la propuesta de gobierno. A ellos los movían otros factores de la política que salen de muy adentro del alma: el afecto.

Cuando nos identificamos únicamente en la propuesta política podemos darnos el lujo de ser dos desconocidos; pero cuando nos identificamos en ese algo que está más adentro de nuestra piel, en ese algo que se anida en el fondo del alma y que surca nuestras venas; es decir, cuando nos metemos a escudriñar un poco más allá de lo objetivo, de aquello que está y se da independientemente de nosotros, afectándonos o no, entonces tocamos fondo en ese aspecto que comúnmente desprecia la política. Tocamos fondo en el interior de nuestro ser.

Si tú ves no solo mi posición política y mi ideal, sino que ves también mi interior, puedes decir que me estás conociendo. Podrás saber de las profundas raíces de mis males y mis virtudes; sabrás de mis desgarramientos y mis dichas; de los móviles que me inducen a ser como soy y a luchar como lucho; sabrás por qué estoy rindiendo hoy más que ayer, o lo contrario; podrás ubicar mi centro y decir: este hombre se juega mejor las cartas en tal frente de trabajo. Es que el ser humano es una mezcla de necesidades materiales, ideas, creencias, sentimientos y sueños; y, de acuerdo al equilibrio que haya entre estos aspectos será el talante de sus actos. Y así hay que entenderlo y tratarlo.

Yo creo que el error de la política está en separar y hasta contraponer estos aspectos del hombre, que son precisamente los que dan amplitud y esencia y la ubican como la ciencia de las relaciones sociales por excelencia. Y estos aspectos son los que le dan al hombre su condición de humano. Mutilar alguno de ellos en el hombre es deshumanizarlo. Cuando en política no miramos a la sociedad y al hombre en forma integral, entonces, la política está fallando, o mejor, estamos fallando en política y, por ende, deshumanizándonos como individuos y como organización o grupo social.

Nosotros creemos en la redención de América. Creemos y luchamos por el Hombre Nuevo, ese que no ha podido realizarse porque fuerzas y políticas adversas al Continente y a sus pueblos no lo han permitido, y mientras este fenómeno subsista, la atracción social estará preñada de repulsión de fuerzas que se enfrentan violentamente cerrándole el paso a la Atracción Apasionada, pero a la vez construyéndola.

Sólo cuando la política deje de encubrir realidades aparentes y formales y se meta hasta el fondo de la realidad real del Continente y sus pueblos; sólo cuando la política deje de ser la cancha de los países legales e institucionales y se meta hasta el fondo en los países ocultos y olvidados; sólo cuando la política deje de alimentar los apetitos de unos pocos y se convierta en la verdadera manera de relacionarnos con nuestros semejantes en procura del bien común; y sólo cuando la política vea al hombre en su integralidad, podremos decir que empieza a realizarse el hombre americano y de otras partes del hemisferio. Será el momento de la reconciliación del hombre con el hombre, de la sociedad con la naturaleza, del Estado con la sociedad y de ésta consigo misma y sus integrantes.

Será el momento del encuentro de la inocencia primitiva y nuestros orígenes con la utopía de un presente de realizaciones. Habremos reconciliado las ideas con el alma, y en últimas, todas las fuerzas se habrán compactado, sin perder sus particularidades, en una sola fuerza dinamizadora de la sociedad: La Atracción Apasionada. Será el comienzo de una nueva edad y una nueva era: La Edad del Cuarzo y la Era de la Transparencia; pero ya te dije que sobre este tema te contaré más tarde. Es un hermoso sueño y quien no sueña y no se aventura nunca podrá ser libre.

Yo creo que en el M-19 tenemos una serie de elementos básicos de la Atracción Apasionada. Es que esta fuerza no es algo que vendrá por allá, quién sabe cuándo.

Cuándo lo planteo como utopía me refiero al conjunto de la humanidad o, al menos, a gran parte de ella. La Atracción Apasionada es innata al hombre desde sus más remotos orígenes, como expresión individual y como expresión colectiva. Ha existido como fuerza cohesionadora de muchas comunidades y organizaciones a lo largo de la historia y, hoy por hoy, vemos comunidades que subsisten y avanzan gracias a dicha fuerza, a pesar del acoso a que han sido sometidas durante mucho tiempo. A mi parecer, el cristianismo en sus orígenes estuvo impregnado hasta el tuétano de la Atracción Apasionada. Era la hermandad; el uno para todos y todos para uno. El imán de Jesucristo, la idea de la redención del hombre y la consecuencia con ella en todos los comportamientos. Hoy en día no podemos decir lo mismo, pues el cristianismo, inmerso en una sociedad donde el hombre es lobo para el hombre, persigue, acosa y hasta destruye su hermano de creencia. Para citar un caso nacional y sin conocer mucho del modo de vida de los Arhuacos, me atrevo a decir que en sus comunidades existen valiosos elementos de la Atracción Apasionada.

La Atracción Apasionada está en la utopía, pero a la vez está como fuerza contendora frente a otras fuerzas en el presente, en la inocencia primitiva y en nuestros orígenes.

Te decía que el M-19, en su concepción y en su práctica, reúne una serie de elementos de la Atracción Apasionada. Veamos a vuelo de pájaro por qué.

Acordémonos de Jaime Báteman y su firme creencia de lo que él llamaba la “Cadena de Afectos” y la “Certeza del Amor” como fuerzas y comportamientos que fortalecen nuestro ideal, nuestras relaciones con los demás compañeros y con el pueblo y como defensas ante la adversidad y los sobresaltos; y, en definitiva, como el más grande aliento en este camino de la vida que hemos escogido: el de luchadores por un mundo nuevo redimido de sus miserias y libre.

Con la compañera Gloria Amanda Rincón, sin conocernos, sostuve una fluida correspondencia durante los tiempos de la prisión. Ella estaba en el Barne y yo en la Picota. Esa correspondencia nos dibujó tan bien el uno al otro que el día que nos encontramos parecía como si nos conociéramos desde hacía bastante tiempo; en una de sus cartas, ella me decía, lo recuerdo muy bien: “Afranio, cuando me llega el eco de la voz de los compañeros que enarbolando la consigna Vencer o Morir luchan en las calles y en el Frente Sur, siento que estamos adquiriendo el temple del acero y ese eco me suena igual a las notas musicales de la lluvia que cae sobre los tejados…”

La Negra Vásquez me escribía también desde la prisión, que estábamos viviendo la época de la “Resistencia y la Ternura”. No te imaginas, hermana, cuánta fuerza me dio esa carta de la Negra. Ya nos conocíamos y habíamos trabajado juntos, pero casi como quien dice “yo hago lo mío y tú haces lo tuyo”. La correspondencia nos permitió compenetrarnos bastante y se forjó una amistad que, creo, no tiene manchas. Nació la confianza mutua… En tales condiciones, uno puede confiarle a otra persona su mundo secreto. Yo tengo mi mundo secreto que va desde mi concepción del mundo hasta mis virtudes y mis pecados. Tú también tienes un mundo secreto. Todo mundo tiene su mundo secreto. Pues bien, la Atracción Apasionada posee la gran virtud de que nos permite abrir, a la luz del sol y sin temores, coerciones o desconfianzas, ese mundo secreto. Y cuando ese mundo secreto que de seguro es más extenso en todo el mundo que el conocido, pueda abrirse, colectivamente, a la luz del sol y a los ojos de toda la gente, como un inmenso libro, se enriquecerá incuantificablemente la humanidad.

Fayad nos decía: “Dejémosle un margen de error a la gente”. Cuán humana y sabia es esa frase. Tan flexible y tolerante que nos garantiza el derecho a la reivindicación. Es la certeza de poder seguir adelante. Es la posibilidad de ejercer la libertad sin férreos y mohosos tabiques disciplinarios que cercenan la iniciativa y la sensibilidad del combatiente. El revolucionario, muchacha, es un hombre muy sensible, tiene que ser muy sensible y vivir la vida con intensa pasión. Frente a una época de automatismo y estandarización, frente a una época de cálculo utilitarista, nosotros saltamos en defensa del hombre pletórico, el hombre de carne, huesos, mente y alma.

En sus orígenes, el M-19 se planteó y se propuso sumergirse en la realidad nacional: histórica, económica, social, política y cultural. Realidad que es compleja y que actúa profundamente conjugada, porque todos esos aspectos de la vida nacional influyen positiva o negativamente unos sobre otros. Lograr este objetivo implicaba para nosotros, romper con un modo tradicional de hacer política en el país; es decir, el replanteamiento consistía en integrar la política a la sociedad ubicando al pueblo como primer protagonista al contrario de lo que se venía haciendo, donde el pueblo no era sujeto de sus actos sino un objeto al servicio de los políticos tradicionales. Las organizaciones revolucionarias por su parte, así estuvieran llenas de muy buenas intenciones, actuaban al margen del pueblo y de la realidad nacional. No existía la Atracción Apasionada entre el pueblo y sus organizaciones; y no podía existir porque no había eso que llamamos Identidad. Alguna razón asistía a algún intelectual, creo que a Alberto Mendoza Morales, cuando afirmó que en Colombia tanto la oligarquía como la izquierda estaban desnacionalizadas.

A mi entender, el replanteamiento fundamental que hace el M-19 es el de la Identidad. Y la Identidad es un elemento de fondo cultural; y nosotros la planteamos y la buscamos de manera integral. No se trata, pues, de la identidad en torno a X o Y propuesta política. Se trata de la identidad en el rescate de la verdadera historia, el conocimiento del país real pero oculto e irredento, el enaltecimiento de nuestros valores, la defensa del patrimonio nacional, siendo el más valioso de ellos el cultural, tan expresivo y diverso; la convivencia pueblo-organización y, en fin, las propuestas acordes al presente que vivimos y en función del futuro de la comunidad nacional.

Se trataba en consecuencia de ir aterrizando en un nuevo pensamiento que no es la ideología de una clase, de un partido (los partidos por definición son excluyentes), ni de una secta, sino que es ese pensamiento que está en el modo de vida del pueblo; y en el pueblo lo que hay es modos de vida, cultura, ideologías… diversidad. Entonces, cuál es la clave: ser parte inalienable de tal diversidad para encontrar lo común a todas respetando la misma diversidad o lo que algunos llaman “la otredad”. Por eso, el M-19 es un Movimiento. Es heterogéneo en su composición social, en sus matices, creencias, etc. Así como en los océanos, a primera vista vemos de común el agua salada de muchos mares, así mismo encontramos de común en nuestro pueblo, primero que todo su diversidad, luego su vocación democrática, la necesidad de justicia social, independencia, vida con dignidad, gobierno de mayorías, defensa de nuestras culturas, paz…, pueblo fiestero a morir…, pueblo que no sucumbe ante su larga tragedia…, pueblo rebuscador y mágico para sobrevivir… Pueblo que sabe guardar secretos a gritos porque su mismo mundo es un secreto… Bueno, hermana, vamos encontrando identidades y a la vez forjando el imán de la Atracción Apasionada. Vamos encontrando ideas comunes, sentimientos comunes, creencias comunes, solidaridad, la Cadena de Afectos, una práctica y un estilo comunes: el popular… La política deja de ser el juego de unas ideas para pasar a empatar estas ideas con el alma colectiva.

Hay quienes afirman que este es un pueblo despolitizado. Eso no es tan cierto. Lo que ocurre es que el pueblo no se identifica con una manera de hacer política que a lo sumo lo que le afecta es el bolsillo y pretende arrastrarlo como oveja al redil sin permitirle ser actor de su película. Hay una visión castrada de la política y una visión utilitarista de la misma. La política se hace desde afuera y por encima del conjunto social afectándolo negativamente, cuando debería hacerse desde adentro del conjunto social para afectarlo positivamente. Y cuando la política se ejerce desde adentro del conjunto social tensa y dinamiza todas sus fuerzas: individuales, colectivas, materiales, racionales, emotivas, mágicas… Es cuando los pueblos son capaces de derrumbar o construir montañas. Es cuando la Atracción Apasionada se convierte en la fuerza rectora de una comunidad. Es cuando la gente dice “esto lo hago con amor”, y es que en verdad todo mundo le pone corazón y fe a sus actos. En estas condiciones aparece lo que yo llamo la “Entrega Total” individual y colectiva a una causa y al prójimo.

La Atracción Apasionada, como el amor, y ella es quizás la expresión más densa y sublime del amor, tiene sus momentos de luz y sus momentos de sombra, sus momentos de calor o frío, sus momentos de clamor y canto y sus momentos de silencio, sus momentos de acción y sus momentos lánguidos; pero lo que no podemos negar es que a lo largo de la historia de la humanidad ha sabido permanecer cuando no en el seno de un pueblo, comunidad y organización, sí en otros. Ella está latente en el hombre y es la fuerza ante la cual claudica el miedo. Ella es la fuerza capaz de mantenernos con la frente en alto a la hora de enfrentarnos a aquella respetable señora que llamamos Muerte.

¿No crees tú, muchacha, que en la Picota hubo suficientes elementos de la Atracción Apasionada que le posibilitaron al colectivo de presos políticos más grande del mundo en aquella época mantenerse unificado, en lucha y pensando y actuando en función del país durante más de tres años? La idea del gobierno de Turbay y de los militares era meternos en una misma cárcel y en un solo patio para que –según sus cálculos- nos acabáramos entre nosotros mismos. Por el contrario, allí nos conocimos de tal manera, compartimos de tal manera y nuestros familiares y amigos y el pueblo nos apoyaron de tal manera, que nos convertimos en una trinchera bien fortificada de la lucha popular. A eso lo llamó la Negra Vásquez “La Resistencia y la Ternura”.

¿No te parece, mujer, que en la batalla de Yarumales la Atracción Apasionada animaba a cada uno de los doscientos y pico o trescientos combatientes que enfrentaron durante veinticinco días consecutivos la agresión terrestre y aérea de las fuerzas del gobierno comprometidas en la operación en un total de catorce mil efectivos? Esto nos trae a mente el caso de Leonidas y sus trescientos héroes de las Termópilas, sólo que en este caso los héroes no murieron y únicamente sufrimos la pérdida fatal de seis de nuestros compañeros.

¿Y no te parece que durante el período del Diálogo Nacional, en los Campamentos de la Paz y luego en Aguablanca y Siloé, para no citar más casos, se dieron una cantidad de elementos de la Atracción Apasionada? Yo sí que viví cosas hermosas, de esas que le estremecen a uno todas las fibras del alma. Tú también las has vivido y estoy porque cada uno de nuestros compañeros ha sentido la acción de la Atracción Apasionada en algún momento de su vida organizada y en la comunidad.

En últimas, la política, para que lo sea de verdad, tiene que irrigar todas las fibras de nuestro ser, y a la vez, abonarse de ellas. Es que el ser humano no puede despojarse de sus dichas y pesares, de sus preocupaciones y sueños, de sus añoranzas y afectos… No, de ninguna manera.

No podemos hacer tabla rasa de la tragicomedia ni en la vida individual ni en la vida social. No somos autómatas. No podemos, so pretexto de que estamos en guerra, dejar de ubicar a cada combatiente en el puesto de lucha donde mejor se siente y donde seguro va a rendir más, pues en ese lugar va a estar de corazón. No podemos meter el pez de agua dulce en agua salada porque se nos muere; y tenemos que aprender a valorar las capacidades y los actos de cada uno de nuestros compañeros. Tenemos que meternos tanto en el quehacer del pueblo, hasta tal punto que la identidad surgida de este comportamiento haga que la Organización no sea un puñado de hombres sino familias y comunidades enteras. Algo hemos logrado al respecto.

Fíjate, hermana, que cuando se logra el enraizamiento en el seno de la comunidad y de los hogares –o se está en su búsqueda- resulta uno metido en todos los problemas de esos hogares y esa comunidad. Dichos problemas son de la más variada índole, desde el rebusque del pan de cada día, pasando por la educación de los niños, la salud, rencillas, líos de linderos, deudas, vicios, fiestas, ideas, sectarismos, afectividades, organizativos, etc., hasta los conflictos que desencadena la noción de poder y los métodos de lucha para llegar a él. Y lo grave es que casi la totalidad de estos problemas tenemos que enfocarlos de diferente manera. Si en forma facilista le escurrimos el bulto a toda esta problemática de la población, entonces perdemos su confianza, nos aislamos y empezamos a ser un ente extraño y ajeno a la comunidad y sus afanes. Por consiguiente, en son de hacer política, no se trata de llegar a la población como el Mesías y la revelación de la gran propuesta democrática. ¡No! Tal revelación se cuaja allá en la comunidad como fruto de la compenetración y la identidad. Es decir, la revelación viva, activa y creadora es un resultado de la Atracción Apasionada.

La moral combativa, la mística, la Entrega Total…, van mucho más allá, hermanita, de estar de acuerdo con un proyecto. Ellas son como un soberbio río resultante de la confluencia de muchos ríos. Son el compendio de fuerzas conscientes e inconscientes. Son el encuentro del mundo secreto y el mundo conocido en un ser o en un grupo social. Son la claridad y el misterio que comprometidos en la aventura se juegan una suerte: la búsqueda de la libertad.

Y la libertad no es una dádiva ni una quimera. Ella es el fruto concreto de cada paso que da el hombre a través de la historia. Y esos pasos del hombre a través de la historia están llenos de sacrificios, sangre, entrega, dolor, alegrías, odio, amor, frustraciones, victorias, derroche de energías, cavilaciones, sueños, choque de fuerzas contrarias, ambiciones, errores, aciertos… De todo esto y de mucho más está hecha la política. Por su parte la libertad para llegar a ser en cada momento y en cada aspecto de la vida es una resultante de la Atracción Apasionada.

Para no llenarte más la cabeza con mis especulaciones cierro acá por hoy y quedo en espera de tu opinión sobre estos planteamientos. No sé, de pronto estoy equivocado; o de pronto me asisten algunas razones. De lo que sí estoy seguro es que creo sanamente en lo que te he manifestado en estas páginas.

Que la suerte, generosa compañera de nuestras andanzas, esté contigo en cada paso del camino.

AFRANIO PARRA GUZMAN
Septiembre 15 de 1987

*(Carta que dirigió a Vera Grave)




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